La Historia del Trofeo

Como mi equipo de antropología social se encuentra perdido en Uruguay, yo supongo que como están las relaciones deben ser prisioneros de guerra.

Voy a publicar una pequeña reseña histórica del trofeo que se pondrá en juego este año en el mundial de Discusiones Bizantinas.



Como pueden apreciar en la foto, está básicamente compuesta por un dedo índice erguido apoyado en una columna greco-romana, el simbolismo del dedo es claro, marca por un lado el signo numérico del ganador (yo soy el numero uno) y por otro lado el despotismo del discutidor victorioso (es como yo digo, ergo, lo tuyo es una sarta de sonidos sin el mínimo sentido ni tienen tampoco razón de ser). Mientras que la columna representa un homenaje a éstos pueblos y su tradición de ponerse a discutir en lugares públicos, y sus tradicionales competencias de retórica.

Cuenta la leyenda que dicha presea fue hecha con el material del báculo inquisidor de Torquemada, con la cual teniendo en fila a los acusados de herejía y haciendo una especie de juego de azar les decía “vo´ so´ hereje, vo´no” y así sucesivamente.

Años después, durante un concilio papal, entre el Papa Pio IX y el Andaluz Joaquín de la Ostia, sobre si los párrocos debían o no usar túnicas que parecían polleras, ganó el segundo, que defendía la posición de usar polleras, ante la algarabía de la mayoría de la curia (no sabemos bien por qué) le dieron este báculo (sabemos porque le dieron el báculo pero no porque se alegraron de usar esa símil pollera) a modo de trofeo por la discusión ganada. Recordemos que ésta derrota significó el retiro del papado de Pio, que luego abrió una casa de comidas rápidas y ganó millones de doblones con su idea de hacer una arrollado agridulce de pan, atún y mayonesa, conocido hoy por su nombre de Pionono.

Las historias de este trofeo son innumerables, como los usos que se le dieron desde pisa papeles, rascadores de espaldas, dispositivos extractores de cerumen y mucosidades fraguadas.

Quizás, la historia más escandalosa fue protagonizada, por el Japonés Yomishi Pishanshima, ganador del torneo de 1970. Meses después la Federación Internacional de Discusiones Bizantinas, le retira la presea bajo la denuncia de “Uso indebido de Trofeo, y sumamente asqueroso para contarlo” (esa es la carátula del expediente) que aunque aun persiste el secreto sumarial, los rumores cuentan el japonés, gracias a las habilidades electrónicas que tienen estos seres, modificándolo le adaptó un mecanismo vibrador interno, supuestamente para satisfacer el fetiche de su novia la china Li Tian Pen, primera luchadora femenina de sumo de origen chino.

Todo esto es un gran misterio únicamente el ganador del mundial puede saber si el trofeo cuenta o no, con poderes vibratorios. Pero la Federación los hace jurar reserva absoluta.

Quizás sigamos la próxima, haciendo mas historia