lunes, noviembre 20, 2006

El nacimiento de una almohada

Si ud alguna vez quizo saber de dónde vienen las almohadas, cómo se hacen, de qué manera llegan a sus manos... he aquí la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad...


En primer lugar, se toma una bolsa de nylon encontrada por ahí, se la abre y se la sacude. Luego es conveniente hacerse de un buen cacho de relleno para almohadas.
Con ayuda de un compañero, abrir la bolsa y colocar el relleno en la misma; a continuación cierra la bolsa con un nudo normal (no es necesario que sea demasiado fuerte).
Cuando tengas el relleno dentro de la bolsa cerrada, prueba la solidez del objeto con la cabeza de tu compañero.
Si éste no siente algo parecido a un almohadazo, vuelve a comenzar. No es una labor complicada, por eso es mejor que realices las pruebas y refacciones que creas necesarias antes de completar la elaboración.

Cuando tengas todo listo, ingresa con tu bolsa rellena en una multitud enardecida; puede ser peligroso, por eso recomendamos que solo lo hagas en compañía de un mayor, o esperes a cumplir los 18 años. Aguanta entre la muchedumbre unos 2 minutos y cuendo salgas ¡¡VOILÁ!! ¡Tienes un a nueva almohada!

"Es una experiencia realmente fantástica. Nunca creí que podía hacer mi propia almohada con tan pocos elementos y una técnica tan sencilla. En adelante estaré más atento al programa, voy a recomendarlo a todos mis amigos !!"
No se pierdan la próxima emisión, en la que enseñaremos cómo conservar un par de medias limpio por años con solo una tijera.

lunes, noviembre 13, 2006

...La vida te sorpresas... sooorpresas te da la vida...

Si te casás con Britney Spears cuando estaba así.


y un par de años después te das vuelta en la cama te encontrás con ¡esto!


Pedir 30 millones de dólares es lo mínimo que podrías solicitar en concepto de daños y perjuicios...

jueves, noviembre 02, 2006

La dulce reina de la pachorra

Llegaste un 28 de enero de 1991, cuando me desperté ese día fui corriendo para ver cuantos eran. Seis cachorritos, cuatro negritos y dos blanquitas, siendo la mas pequeñita de todos, no pude evitar levantarte y comprobar q entrabas en la palma de mi mano, te vi bostezar por primera vez y desde ese momento fuiste mía. Quizás por mi culpa, tu mama te hizo a un lado, al apurarme y tomarte con mi mano. Ni dos meses aun contabas mientras te cuidábamos de forma especial, y voz ya cuidabas a un hermano. Todos los cachorros se fueron a distintos hogares, menos vos y tu hermano. Crecieron a la par en casa, y lo que tenias de chiquitina, lo compensabas con astucia. Eras compradora como pocos, y tus travesuras no eran para nada comunes, por que una cosa es romper medias por que si, y otra muy distinta era romper solo las que tenían mucho olor a patas. Muy difícil es olvidar, cuando luego de bañarte, quedabas blanca como el algodón, pocos tuvieron ese privilegio de verte así, ya que no pasaban ni dos minutos para que te metas debajo de alguna parrilla engrasada o te fueras a revolcar en la tierra, para quedar gris y toda sucia nuevamente. Mirabas Tele y hasta parecía que entendías todo.
También desarrollaste una habilidad enorme para ocupar una silla, justo cuando menos lugar había y mas se necesitaba, y cualquiera que pretendiese sacarte, recibía esa mirada de -no jodas que estoy cómoda- .
Eso si siempre manteniendo ese perfil pachorriento, era delicioso verte hechada al sol, o desparramada en un almohadón, o colgando despatarrada de una silla, cualquier lugar siempre era bueno para una siesta, (es mas tu primera siesta la dormiste en mi pecho y cuando me di cuenta me habías meado y cagado encima).Y hay tantas cosas mas que son solo nuestras y de nuestra familia.
Mucho tiempo pasaste con nosotros, muchos sustos vivimos juntos. A tus doce añitos descubrimos tu cáncer de mamas, y cuando nadie te daba más de unos meses de vida, lo congelaste durante casi tres años de taquito.
Te fuiste este pasado 31 de octubre, no sin antes lograr una ultima hazaña. Estuvimos todo el medio día juntos y ya casi no aguantabas, apenas si respirabas, pero mantuviste la cabeza en alto hasta vernos a todos, y justo antes de partir caminaste como una reina hasta tu último lecho.
Te extrañamos mucho…
Todavía no me acostumbro a llegar a casa y no ver tu silla ocupada frente a la tele.
Me gusta pensar que estás en un sillón frente a una tele de 29´, con una montaña de medias con mucho olor a pata para masticar y todo el pollo y gatorade de naranja que puedas consumir.

Mindi: 28/1/91 – 31/10/06